Mucha era, ciertamente, la gente que se dedicaba a esta ventajosa actividad del contrabando; tanta, que el propio Boissier no dudó en afirmar:
"En las provincias de Granada y Málaga no encontré a casi ningún campesino que no hubiera participado en alguna de estas expediciones; me hablaban de ellas como si fueran unas distracciones en las cuales, además del placer de la emociones experimentadas, se reciben tres o cuatro piastras por el trabajo realizado y el doble por cada mulo cargado"
(Bibliografía: Bandoleros en la Serranía de Ronda - Isidro García Cigüenza)
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