Luis Candelas, antes de su definitiva detención, protagonizó una huida que le hizo aún más famoso en Madrid y registró un hecho en la prisión de Saladero que dio origen a una coplilla popular.
La tradición indicaba que todo preso debía dejar encima de una manta algunas monedas para el reparto entre los otros «inquilinos» de la cárcel, y Luis Candelas tuvo que pasar por este trance, siendo recordado por:
Ni el poder del mundo entero
aquí nuestra ley quebranta,
pues paga en el Saladero
desde el rey al zapatero
el derecho de la manta.
¡No hay tu tía!
Que así lo pagó Candelas
como el rey lo pagaría.
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