Estuvo junto a Luis Candelas en la cárcel del Saladero de Madrid, de la que escapó, formando parte de la partida de este. Incluso fue proclamado jefe de la misma cuando el famoso bandolero madrileño fue ejecutado en 1837.
En 1839 realizó el golpe más sonado y el que le iba a llevar al patíbulo: el secuestro de los dos hijos del marqués de Gaviria, realizado mediante una hábil estratagema en la puerta de su colegio, en la calle Hortaleza, donde se hizo pasar por cochero de los marqueses. Este golpe lo dio junto con Mariano Balseiro, acción que es relatada de una forma extensa y directa por el inglés George Borrow.
(Bibliografía: Bandidos y bandoleros de Madrid - José Felipe Alonso Fernández)
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