La importancia ganadera de nuestro territorio arranca desde la época musulmana, cuando la serranía rondeña era el máximo productor de ganado ovino y caprino del Reino de Granada, conocida entonces como “Los Montes de la Lana”, y en cierta manera continuó siéndolo tras la conquista castellana, sin desdeñar el ganado vacuno y caballar (la riqueza y
bonanza de sus pastos dio lugar a numerosos pleitos). En los territorios conquistados con anterioridad, que fueron sumándose al Reino de Castilla, se iba consolidando un sistema de intercambios comerciales en ferias y mercados con clara proyección más allá de los ámbitos locales, como hacía siglos ocurría en los viejas tierras castellanas –sirva de ejemplo el Concejo de la Mesta–.
Los Reyes Católicos apoyaban y alentaban este tipo de actividad económica, dotándolas de exención de impuestos y de medidas de protección y seguridad para las personas y mercancías. Es en esta época cuando se produce la consolidación de las grandes ferias urbanas, reuniones comerciales cuyas raíces, como hemos apuntado, se han de buscar en la aparición, a partir de los siglos XII y XIII, de mercados y ferias francas de carácter señorial que tendrán un peso específico en las economías locales. Ferias estas que únicamente se podían fundar bajo la potestad exclusiva del monarca, aunque más adelante las asumen también los Señores territoriales. Con la llegada y asentamiento de los conquistadores, la nobleza y la repoblación de los pueblos de la Serranía, al poco de su conquista en 1485, Ronda muestra un gran interés por sumarse a estas actividades comerciales y desea tener su propia Feria, y muy pronto comienza a organizar un incipiente evento ganadero, sin las prerrogativas reales, similar a los que venían celebrándose en otras ciudades castellanas.
Época Romántica
Ronda es, sin duda alguna, una de las ciudades emblemáticas de los viajeros románticos. Pero ese deseo de llegar hasta esta tierra recóndita, encaramada en lo alto de una roca, caída del cielo y rodeada de una sierra inhóspita, se inicia ya desde los romanos, la cual junto a Acinipo ya eran renombradas. Tras la anexión de al-Ándalus a la cultura islámica, hasta Ronda llegan viajeros árabes que se sorprenden de su antigüedad, la feracidad de sus campos y su emplazamiento singular, como un nido de águila. Los reyes castellanos la anhelaron durante siglos y, tras la conquista por los Reyes Católicos, la nombraron tierra de Señorío del príncipe Juan, otorgándole el mismo fuero que ya tenía Sevilla y Toledo. Los conquistadores –la nobleza que acompañaba al rey Fernando en sus conquistas– y nuevos repobladores se repartieron casas, fincas, tierras y propiedades confiscadas a los rondeños musulmanes, que se rebelaron ante el incumplimiento de las capitulaciones y la obligación de convertirse al catolicismo. Ronda y su Serranía vivieron sucesivas revueltas, a lo largo de todo un siglo, que acabó con la expulsión definitiva de los moriscos. Muchos de los pueblos de su territorio son abandonados, y los que quedaron en pie fueron repoblados con gentes de diferentes lugares de España. La Serranía es a su vez dividida en Señoríos, pasando a propiedad de la nobleza más destacada del reino de Castilla, pero Ronda y parte de su territorio histórico se mantienen como tierra de realengo, dependiente directamente del rey castellano, que a su vez lo era también del recién conquistado Reino de Granada. Se erigen nuevos templos y conventos, las mezquitas se convierten en iglesias; pero hacer desaparecer la influencia de ochos siglos de cultura árabe es una tarea muy difícil de acometer, prácticamente imposible; costumbres, tradiciones, forma de pensar, de trabajar y vivir quedan impregnadas en la sociedad andaluza y rondeña.
Esperamos que os haya gustado y os animamos a que comentéis y compartáis si os apetece. Hasta pronto!
Para más información pueden ponerse en contacto con nosotros.
Calle Armiñan 65, Ronda (Málaga)
Teléfono: 952877785
Web: www.museobandolero.com
Tienda On-line: www.museobandolero.es
E-mail: museo@museobandolero.com
Youtube
Google+
Tweet
No hay comentarios:
Publicar un comentario