domingo, 3 de enero de 2016

Los niños de Guadix

   
     La partida de Sierra y Olivencia o como también se les denominó: Los niños de Guadix, en una analogía a los niños de Écija, surgieron durante el reinado de Alfonso XII y la gestión de Cánovas del Castillo. Seis presos escapados de la prisión de Guadix se unen para formar una cuadrilla de bandoleros.

En 1880 se produce la fuga de seis presos de la cárcel de Guadix, “Enseguida de escapados ya están organizados, sin perder tiempo para actuar en robos, atracos, chantajes, etc. en todo el territorio, especialmente rural, de su demarcación, que son los montes y cortijadas de la zona de Guadix, en donde pronto les surgen cómplices y encubridores. Actúan en grupo o por parejas, pero escapan individualmente, y su actividad es múltiple y simultánea, aquí y allí, sincronizada y sin previo aviso, pero sí violenta y contundente “

Tuvieron un periodo de actividad muy corto, menos de un año, pero su osadía les llevó incluso a cantarle una serenata al jefe de la policía de Guadix, y a ir por la calle detrás del comandante de la guardia civil cantándole y tocando instrumentos musicales, a la vista de todo el pueblo que los conocía, como si de un pasacalle se tratara.

En abril de 1881, son sorprendidos en un cortijo, acorralados se niegan a salir, dejando libres a los propietarios, en ese momento las fuerzas del orden, teniendo dominada la situación y para evitar más bajas entre ellos, se les ofreció la rendición con la promesa de que no les ocurría nada, a lo que se negaron, por último, la guardia civil recurrió a algo extremo para obligarlos a salir, incendiaron el cortijo, cosa que no amilanó a los bandidos.

Cuando los miembros de la benemérita consiguieron entrar, encontraron sólo los cuerpos de dos de sus miembros carbonizados.
Los jefes de la banda eran Rafael Olivencia y Juan Jiménez Sierra, de ahí que se conociera como la partida de Sierra y Olivencia, de quienes eran los cuerpos carbonizados encontrados por la Guardia Civil, que había decidido pagar ellos mismo la reconstrucción de la casa si el gobierno no se hacía cargo de ello. 
El resto fueron apresados posteriormente.
Los integrantes de la cuadrilla fueron, según algunas fuentes eran los que se mencionan, aunque en realidad, estos fueron los que se fugaron del penal:

Juan Jiménez Sierra
Rafael Jiménez
Rafael Olivencia Cárdenas
Juan Serrano Serrano
José Fernández Vázquez
José Valero Valverde

La iberia, 13 de octubre de 1880:

“Hé aquí el personal de que se compone la gavilla de malhechores que se fugó de la cárcel de Guadix y que campea en la provincia de Granada:

«Bandido 1.°: Juan Jiménez Sierra, de 20 años de edad, pequeño, bien parecido, con bigote, de ojos azules, voz atiplada y falto de la primera falange del dedo menor de la mano izquierda.
Bandido 2.’: Rafael Jiménez, de 24 años de edad, mediana estatura, enjuto de carnes, moreno y de brillantes ojos.
Bandido 3.’: Rafael Olivencia Cárdenas, de 26 años de edad, alto, robusto, nariz remilgada y frente estrecha.
Bandido 4.”: Juan Serrano Serrano, de 30 años de edad, alto, seco, moreno y de larga nariz.
Bandido 5.°: José Fernández Vázquez, de 40 años de edad, alto, enjuto y de barba negra y corrida; y José Valero Valverde, bajo de cuerpo, recio de músculos, de color moreno, de cara redonda y barbilampiña.»

Hé aquí también los hechos de armas conocidos oficialmente que han realizado estos guapos:

«1.º Un robo de poca importancia, según telegrama del gobernador de Granada, recibido anteayer.
2.º Referencia de el Defensor de Granada:
«Se dice que en la noche del 5 intentaron asaltar la casa de un señor opulento que vive en las Cuevas de la Carrera, y que es conocido allí por el apodo de Borlas: se añade que el dueño de la casa disparó algunos tiros sobre los facinerosos: la verdad es que se produjo un escándalo de primer orden, y que escapáronse los presos con la mayor sangre fría.»
3-º Referencia del gobernador de la provincia con fecha 11 del actual:
«Los cinco fugados de la cárcel de Guadix han herido y robado la noche anterior al juez municipal de Jovellas en su misma casa.»

Otro detalle sobre esta partida, tomado de un periódico de la localidad:
«La última fuga de presos de aquella cárcel ha dado á los campos un contingente de cinco ó seis criminales, que unidos á otros cinco ó seis que, según rumor público, vagaban por aquellos contornos procedentes del penal de Cartagena, constituyen un verdadero núcleo de fuerza de gentes que, estando fuera de la ley, se atreven á todo.
El vecindario de Guadix es presa del terror; nadie duerme tranquilo, y todo el mundo teme ver llegada su hora de un momento á otro. Es de presumir que la primera autoridad de la provincia, informada con exactitud de los hechos, proceda enérgicamente y extirpe el terror que alarma á los aceítanos.»”

(“Aceitanos” son los naturales de Guadix)


El Liberal del 9 de enero de 1881 habla del acto de dos fugados de la cárcel de Guadix, seguramente se refiera a Olivencia y a Sierra:

“Según telegrama del gobernador civil de Granada, recibido anoche, los dos fugados de la cárcel de Guadix han incendiado en la noche del 7 los espartos del coto llamado del Conejo.
El teniente coronel de la guardia civil ha salido para dicho punto. Se ignoran las pérdidas causadas por el incendio.”

El Imparcial, 9 de abril de 1881:

“El Imparcial” relata con todo lujo de detalles el enfrentamiento entre la guardia civil y dos miembros de los fugados de Guadix. Detalle curioso es que los propios guardia civiles propusieron pagar la reconstrucción del cortijo si el estado no se hacía cargo de ello.

“La prensa granadina trae curiosos detalles sobre la muerte de los bandidos de Guadix, anunciada oportunamente por el telégrafo.
Sabedor el capitán Tafalla de que los prófugos tenían costumbre de recogerse en la cortijada de Agustino, cerca de la Peza, determinó sorprenderlos, y acto seguido hízose acompañar del teniente D. Juan de Arcos, y el cabo Fernández Martín, de trece guardias, del alcalde del pueblo y de dos hombres más.
Como el camino se hallaba intransitable, llegaron al cortijo fatigados. Cercáronle después de saber positivamente que en él estaban Sierra y Olivencia; estos se parapetaron y se rompió el fuego por una y otra parte, no cesando en toda la noche.

«Los bandidos se defendían como tigres; los guardias atacaban como héroes. La lluvia caia á torrentes.
»El aire de la Sierra, cargado de partículas de hielo, cortaba como un cuchillo.
—»|Alerta: ¡Alerta!—repetían los guardias a menudo,
A fin de atemorizar á los bandoleros, y a cada ¡alerta! seguíase un disparo.
Los prófugos, dentro del cortijo, llegaron á creer que les sitiaba todo un batallón.
—»¡Ya llegó nuestra última hora! — dijeron al cortijero.—
Esta noche dormimos en la Eternidad.
»El fuego siguió hasta las cuatro de la madrugada.
»Oyéronse lastimeros gemidos en el interior de la casa. Preguntan los guardias qué ocurre, y se les contestó que el dueño del cortijo, su esposa y sus cinco hijos deseaban salir. Entonces se suspendieron momentáneamente las hostilidades, y aquellos abandonaron el caserio. La mujer estaba en cinta: los pequeñuelos, asustados, lloraban desesperadamente.
»A continuación reanúdase el combate el fuego que hacían los bandidos era horroroso: las balas de los perseguidores se embotaban en los muros. Intimados los profugo a rendirse, contestaban con injurias.
—Antes nos harán pedazos — decían.
»Sé resolvió incendiar el cortijo, á fin de no tener bajas sin resultado. La fuerza convino en costear de su peculio la reconstrucción si el Estado no lo hiciese por su cuenta,
»El guardia Agapito Cilera Salvador llegóse hasta la pared con el propósito de abrir una brecha: al segundo golpe de azadón, una bala lo rompió el brazo por dos partes, otra le atravesó el vientre. Tan graves fueron las heridas que de sus resultas falleció ayer el infeliz.
»Eran las nueve de la mañana. Se comprendió que había» que adoptar medios extremos. Envióse por petróleo á Guadix y Güejar Sierra, continuando en el ínterin el asedio y vigilancia. A las cinco de la tarde, se presentó alcalde de Güejar Sierra con quince hombres y dos latas de petróleo. La operación que se pensaba hacer era muy difícil y arriesgadísima; todos, sin embargo, se ofrecieron.
»El guardia segundo Gabriel Castro Peña, con un valor heróico y con una agilidad pasmosa, se subió por la pared al tejado del caserío. Desde allí roció los muros, las puertas y un gran montón de leña con el inflamable aceite, vertiendo una lata por la chimenea.
Se prendió fuego á un costado, descendió el guardia por otro; las llamas rodearon siniestramente el edificio.
»Los bandoleros no mudaron de opinión: con loca audacia persistían en morir antes que rendirse. El cortijo quedó hecho cenizas. Cuando el teniente coronel procedió á registrar los escombros, hallóse dos cadáveres calcinados, y junto a ellos un fusil Remington, otro Berdan, una pistola de dos cañones y algunas Cápsulas.
»E1 coronel Soto acudió con su fuerza al sitio del suceso, inmediatamente que de él tuvo noticia. El capitán Tafalla se portó con indecible arrojo, y el teniente Árcos hizo prodigios de valor, tenacidad y astucia, demostrando un gran corazón y un profundo conocimiento del país. Los demás guardias rivalizaron en bravura, distinguiéndose el infeliz Cilera y Gabriel Castro.
»Además del guardia muerto, hay otro herido y contusos el capitán Tafalla y el teniente Arcos. Los prófugos hicieron mas de 100 disparos.»


Fuente: http://leyendasyfabulas.com/los-ninos-de-guadix-bandoleros-de-leyenda/
Para más información pueden ponerse en contacto con nosotros.
Calle Armiñan 65, Ronda (Málaga)
Teléfono: 952877785
Tienda On-line: www.museobandolero.es
También podéis seguirnos en:

No hay comentarios:

Publicar un comentario


Sobre el museo

-Origen del bandolerismo. Segunda parte
-Tipos de bandoleros
-Guerrillero Andalusí Omar Ben Hafsún
-José Ulloa Navarro "El Tragabuches"
-Joaquín Camargo Gómez "El Vivillo"
-Diego Corrientes Mateos
-Francisco Ríos González "El Pernales"
-Juan José Mingolla Gallardo "Pasos Largos"
-Juan Caballero "El Lero"
-José María Hinojosa "El Tempranillo"

-El Barquero de Cantillana

-Jaime Alfonso "El Barbudo"

-Juan Sala Ferrer "Serrallonga"
-Letrilla popular a José María "El Trempranillo"

-Perot Rocaguinarda el bandolero catalán que aparece en el Quijote

Viajeros románticos

-Los Viajeros Románticos en Ronda
-
Andanzas de algunos Viajeros Románticos
-
Grabados de Gustave Doré
-
William Jacob
-Washington Irving
-
Richard Ford
-
George Borrow
-
Alejandro Dumas
-
Familia Meyrick
-William George Clark
-Pierre Louys
-Evelyn Waugh
-Gerald Brenan
-Paul Theroux