-¿Es cierto señor -dijo el recién llegado- que se darán diez mil reales a la persona que consiga entregar al ladrón Diego Corriente? -Verdad es- contesto Bruna, frunciendo el entrecejo. -¿Y si yo lo presentara, no habría dificultad en darme ese dinero?. ¡Ninguna!... ¡En el acto! -afirmó el grave consejero de Estado, reclinándose en su poltrona-. Pues vengan acá esos cuarto. ¡Sin entregar al agresor. Yo soy Diego Corriente -exclamó el desconocido, amartillando dos pistolas. -¡Los diez mil reales y pronto!
"Explicación del plano de Sevilla", relato de Álvarez Benavídez (tomo 1868 Págs 392 y sgte).
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